martes, 5 de octubre de 2010

Juez federal acusado de comprar cocaína para su amante




EFE
Washington
Un juez federal, de 67 años de edad, está acusado de comprar cocaína para una bailarina desnudista que era su amante, y a quien ofreció defenderla arma en mano, informó hoy el diario The Atlanta Journal Constitution.
El juez Jack T. Camp fue arrestado el viernes pasado y compareció ayer, lunes, ante un tribunal en la ciudad de Atlanta (Georgia) donde fue encausado por la compra de cocaína, marihuana y analgésicos bajo receta que compartió con la bailarina.
Según la acusación presentada por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) Camp había conocido a la mujer en la primavera pasada (hemisferio norte), en el Goldrush Showbar de Atlanta.
Según la acusación preparada por la agente especial de la FBI, Mary Jo Mangrum, Camp pagó la primera vez en el bar para bailar con la mujer, identificada sólo como CI-1, y volvió al día siguiente para el comienzo de lo que sería una relación más regular que incluyó drogas y sexo.
Según el diario el abogado Bill Morrison, que representa a Camp, dijo que se trata más de un caso de falta de integridad en asuntos privados que de corrupción pública.
"No se trata de que Camp sea un juez", dijo el abogado añadiendo que "se trata de que el juez Camp es un esposo y si cumplió con sus obligaciones".
Camp, quien combatió en Vietnam, fue designado como juez federal por el presidente Ronald Reagan y ha presidido casos en el Tribunal Federal de Atlanta por más de dos décadas antes de pasar a un semi retiro el año pasado.
Según los documentos presentados al tribunal ayer, la desnudista grabó, clandestinamente, sus conversaciones con Camp acerca de las drogas.
Los mismos documentos dan detalles de una serie de transacciones con drogas en las cuales se describe cómo Camp conseguía el analgésico y otras drogas para su uso personal, y cómo el juez cargaba su pistola semiautomática para protegerse y proteger a la mujer en los tratos con los proveedores.
El viernes pasado, indicó el diario, la mujer le pidió a Camp que la siguiera cuando ella iba a comprar drogas porque estaba tratando con un proveedor al que no conocía bien.
Según los documentos de acusación Camp respondió: "Te cuido las espaldas en todo momento. No tengo sólo mi pistolita, tengo también mi pistola grande, y vamos a resolver los problemas cuando aparezcan".
Los dos se encontraron en un estacionamiento público y fueron en un automóvil hasta un hotel donde los esperaba el supuesto vendedor de drogas que era, en realidad, un policía.