APE.
DENVER, Colorado (AP).— La reacción fue inmediata y pública.
Cinco días después de haber recibido denuncias de que años atrás el reverendo Melvin Thompson había abusado de menores, la arquidiódecis católica de Denver había investigado, alertado a las autoridades y suspendido al religioso.
La arquidiócesis dice que Thompson, de 74 años, afirma que es inocente y algunos feligreses consideran que se están apresurando y cometiendo una injusticia. El arzobispo de Denver, Charles Chaput, no obstante, declaró que la acción inmediata era algo "doloroso, pero necesario".
El episodio resalta los dilemas que enfrenta la iglesia para cumplir su promesa de mayor transparencia al lidiar con denuncias de abusos sexuales por parte de sacerdotes, respetando los derechos de víctimas y de acusados.
Durante años, la iglesia guardó silencio sobre las denuncias y trasladó a los sacerdotes involucrados de una parroquia a otra.
La reacción de la arquidiócesis de Denver refleja los cambios que se están produciendo en Estados Unidos, donde pareciera que la Iglesia Católica está adoptando una actitud más transparente antes que en otros sitios.
De hecho, hay quienes opinan que, en su afán por redimirse, la iglesia está actuando con demasiada celeridad en algunos casos.
"La iglesia ha reconocido que los niños son más vulnerables que los adultos", expresó Diane Knight, ex directora de Caridades Católicas de Milwaukee y presidenta de la National Review Board, un cuerpo creado por los obispos estadounidenses en el 2002 para que estudie el tema. "Si vamos a cometer errores, que sea por proteger a los menores".
El Vaticano dispuso que se suspenda a todo religioso sobre el que pesa una denuncia verosímil y se informe a la policía, mientras se realiza una investigación.
