España espera una "presencia masiva" de mandatarios latinoamericanos en la cumbre Unión Europea, América Latina y Caribe, que se celebra la próxima semana en Madrid, una vez superado el incidente sobre la presencia del presidente hondureño, Porfirio Lobo.
"Tenemos la confianza en que va a haber una presencia masiva y la sustentamos en que algunos de los presidentes que no han confirmado su venida están organizando actos paralelos en Madrid", señaló en una entrevista con EFE Juan Pablo de Laiglesia, secretario de Estado para Iberoamérica.
España, que como presidencia de turno de la UE ejerce de anfitriona de la cita, quiere que la cumbre suponga un salto cualitativo en las relaciones entre los dos grandes bloques hacia una asociación estratégica.
La pasada semana cuatro países de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Brasil, Ecuador, Venezuela y Bolivia, amenazaron con no asistir a la Cumbre si lo hacia Lobo.
Estos países, al igual que otros de América Latina, no reconocen al nuevo presidente surgido de las elecciones celebradas el pasado noviembre tras el golpe que derrocó a Manuel Zelaya.
Finalmente, Lobo decidió no acudir a la Cumbre, a la que había sido invitado, y limitar su presencia en Madrid a la reunión que la UE celebrará con los mandatarios de Centroamérica en la que previsiblemente firmarán un Acuerdo de Asociación, que tiene que ser concluido esta semana en Madrid.
Para el secretario de estado español, lo ocurrido es una señal de que "la situación de Honduras es uno de los problemas que está por resolver en el marco de la concertación política latinoamericana".
"La actitud de Unasur demuestra la incomodidad que aún existe en muchos países latinoamericanos ante el riesgo de que se pueda interpretar que el golpe de estado en Honduras y su solución se ha cerrado en falso y de que se dé la impresión de que las elecciones posteriores a un golpe de estado convalidan el propio golpe".
La fórmula que América Latina está empleando es mantener alejada a Honduras de los organismos de los que fue suspendida tras el derrocamiento de Zelaya.
El objetivo que persiguen "es dejar claro que ha terminado para siempre la época de los golpes de estado en América Latina, que los golpes de estado tienen que tener una sanción por parte de la comunidad internacional y en primer lugar por parte de la comunidad latinoamericana", agregó.
Sostuvo que la decisión de Lobo de no asistir a la cumbre UE-ALC y sí asistir a la cumbre UE-Centroamérica "cubre los intereses de todas las partes y va a permitir que la cumbre se desarrolle con normalidad".
El objetivo de la cumbre de Madrid, la sexta entre ambos bloques, "es dar un paso adelante y hacia arriba en la relación entre Europa y América Latina, de manera que no nos veamos solo como socios birregionales sino que incluyamos en nuestro dialogo político, en nuestros objetivos de concertación, los grandes temas de la agenda global", explicó Juan Pablo de Laiglesia.
Este objetivo quedará plasmado en una declaración política y en un programa de acción.
La declaración recogerá "las líneas políticas generales de está nueva asociación", mientras que el programa de acción "va a establecer una hoja de ruta, un plan de trabajo para que Europa y América Latina trabajen de una manera continuada entre cumbres".
En el programa de trabajo se incluyen temas como el cambio climático, la nueva arquitectura financiera internacional, las estrategias para salir de la crisis, el desarrollo sostenible y la investigación.
Se trata de que estos temas "no sean simplemente objeto de reflexión en la cumbre y que esperemos hasta la próxima para volver a hablar de ellos, sino que haya todo un programa continuado de trabajo en los dos años que hay entre cumbre y cumbre", puntualizó.
Los programas van a tener la financiación necesaria para llevarlos adelante, y uno de los aspectos importantes y novedosos, según De Laiglesia, es una nueva facilidad para inversión en América Latina.
El nuevo mecanismo busca movilizar fondos, tanto públicos como privados, para los grandes proyectos de infraestructuras que todavía requiere América Latina y que la UE no puede financiar en solitario, y estará respaldado en una primera fase con 100-120 millones de euros.
Otro elemento importante es la constitución de la Fundación Eurolat, un mandato de la cumbre de Lima, que va a complementar "el dialogo de los gobiernos a través de la incorporación de la sociedad civil", agregó.
"Tenemos la confianza en que va a haber una presencia masiva y la sustentamos en que algunos de los presidentes que no han confirmado su venida están organizando actos paralelos en Madrid", señaló en una entrevista con EFE Juan Pablo de Laiglesia, secretario de Estado para Iberoamérica.
España, que como presidencia de turno de la UE ejerce de anfitriona de la cita, quiere que la cumbre suponga un salto cualitativo en las relaciones entre los dos grandes bloques hacia una asociación estratégica.
La pasada semana cuatro países de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Brasil, Ecuador, Venezuela y Bolivia, amenazaron con no asistir a la Cumbre si lo hacia Lobo.
Estos países, al igual que otros de América Latina, no reconocen al nuevo presidente surgido de las elecciones celebradas el pasado noviembre tras el golpe que derrocó a Manuel Zelaya.
Finalmente, Lobo decidió no acudir a la Cumbre, a la que había sido invitado, y limitar su presencia en Madrid a la reunión que la UE celebrará con los mandatarios de Centroamérica en la que previsiblemente firmarán un Acuerdo de Asociación, que tiene que ser concluido esta semana en Madrid.
Para el secretario de estado español, lo ocurrido es una señal de que "la situación de Honduras es uno de los problemas que está por resolver en el marco de la concertación política latinoamericana".
"La actitud de Unasur demuestra la incomodidad que aún existe en muchos países latinoamericanos ante el riesgo de que se pueda interpretar que el golpe de estado en Honduras y su solución se ha cerrado en falso y de que se dé la impresión de que las elecciones posteriores a un golpe de estado convalidan el propio golpe".
La fórmula que América Latina está empleando es mantener alejada a Honduras de los organismos de los que fue suspendida tras el derrocamiento de Zelaya.
El objetivo que persiguen "es dejar claro que ha terminado para siempre la época de los golpes de estado en América Latina, que los golpes de estado tienen que tener una sanción por parte de la comunidad internacional y en primer lugar por parte de la comunidad latinoamericana", agregó.
Sostuvo que la decisión de Lobo de no asistir a la cumbre UE-ALC y sí asistir a la cumbre UE-Centroamérica "cubre los intereses de todas las partes y va a permitir que la cumbre se desarrolle con normalidad".
El objetivo de la cumbre de Madrid, la sexta entre ambos bloques, "es dar un paso adelante y hacia arriba en la relación entre Europa y América Latina, de manera que no nos veamos solo como socios birregionales sino que incluyamos en nuestro dialogo político, en nuestros objetivos de concertación, los grandes temas de la agenda global", explicó Juan Pablo de Laiglesia.
Este objetivo quedará plasmado en una declaración política y en un programa de acción.
La declaración recogerá "las líneas políticas generales de está nueva asociación", mientras que el programa de acción "va a establecer una hoja de ruta, un plan de trabajo para que Europa y América Latina trabajen de una manera continuada entre cumbres".
En el programa de trabajo se incluyen temas como el cambio climático, la nueva arquitectura financiera internacional, las estrategias para salir de la crisis, el desarrollo sostenible y la investigación.
Se trata de que estos temas "no sean simplemente objeto de reflexión en la cumbre y que esperemos hasta la próxima para volver a hablar de ellos, sino que haya todo un programa continuado de trabajo en los dos años que hay entre cumbre y cumbre", puntualizó.
Los programas van a tener la financiación necesaria para llevarlos adelante, y uno de los aspectos importantes y novedosos, según De Laiglesia, es una nueva facilidad para inversión en América Latina.
El nuevo mecanismo busca movilizar fondos, tanto públicos como privados, para los grandes proyectos de infraestructuras que todavía requiere América Latina y que la UE no puede financiar en solitario, y estará respaldado en una primera fase con 100-120 millones de euros.
Otro elemento importante es la constitución de la Fundación Eurolat, un mandato de la cumbre de Lima, que va a complementar "el dialogo de los gobiernos a través de la incorporación de la sociedad civil", agregó.