Investigadores policiales apresaron a dos mujeres, integrantes de una banda, que se dedicaba a realizar llamadas telefónicas a residencias de sectores exclusivos para hacer creer que los propietarios de las mismas habían atropellado a una niña en un accidente y corrían el riesgo de ser enviados a La Victoria o Najayo, razón por la necesitaban que les enviaran dinero en efectivo, prendas, computadoras laptop o cualquier otro objeto de valor, para resolver el problema. Bajo esta modalidad, las detenidas Ana Iris Acevedo Santana y Vanesa Altagracia Fernández Fabián, residentes en Baracoa y Arroyo Arriba, de Los Jardines de Santiago, respectivamente, lograron estafar a varias familias debido a que domésticas, hijos o parientes, creían “el cuento” de que sus patrones o padres habían tenido un accidente en sus vehículos y necesitaban ayuda.
Ambas mujeres, precisó la Policía, fueron arrestadas en esta capital mediante las órdenes judiciales números 4079 y 3846, del 2010, mientras que se profundizan las investigaciones para determinar si las llamadas eran realizadas desde la cárcel la Victoria, donde una de las detenidas visitaba con frecuencia a ver un compañero sentimental, a quien habrían llevado un chip activado en una compañía telefónica.
La Policía explicó que todos los estafados, incluyendo un segundo teniente del Ejército, presentaron sus denuncias en el Departamento de Delitos Monetarios, cuyos oficiales de inmediato iniciaron una labor de inteligencia.
Entre las víctimas figura la doctora Ezzat Logghmani Logghmani, de 40 años, residente en la avenida Bolívar, en Gazcue, quien explicó que el 19 de agosto pasado la doméstica Sonia Rodríguez recibió una llamada a las 4:00 de la tarde, en la que le decían que su patrona había atropellado a una niña, cuyos familiares estaban desesperados.
En esa circunstancia le exhortaron a que buscara prendas y dinero para pagarle a la familia del niño y luego las estafadoras se presentaron a la residencia en un carro Honda Civic, blanco, por lo que la doméstica les entregó brazaletes, anillos, gargantillas, aretes y otras prendas valoradas en ocho mil dólares.
También ambas mujeres, según los investigadores, habrían llamado a la residencia de la contable Andrea Ferreras, residente en la avenida Independencia esquina Núñez de Cáceres, en los Jardines del Sur, y le dijeron a la doméstica que su patrona había matado a una niña en un accidente.
Luego aconsejaron a la sirvienta darle unas prendas que estaban en el closet y entregarle la suma de 300 dólares, un reloj de plata, un anillo de graduación, una tarjeta del banco popular, cinco cadenas de oro y plata, colares de perlas, aretes de plata y una laptop.
Otra de la víctima fue la empleada privada Yudelka Cury Eyaimer, de 42 años, residente en el ensanche Naco, cuya doméstica también recibió una llamada en la que le decían que su patrona mató a una muchacha en un accidente de tránsito por lo que tenía que buscar la prenda, el dinero y una laptop para evitar ser enviada a La Victoria.
Asimismo fueron timadas las residencias del segundo teniente Elio Bautista Nicolás, de la compañía Cuartel General del Ejército, y de la empleada privada Rita Ivonne Bisonó Haza, residentes en los ensanches Piantini y Bella Vista.