domingo, 8 de agosto de 2010

Menores atrapados en el infierno de las drogas
SE ENCUENTRAN RECLUIDOS EN HOGAR CREA MENORES, EN TAMBORIL



  • Dramático. “Yo no tengo papá, mi papá me dejó huérfano cuando yo era chiquito”. “Mi papá y mi mamá se murieron cuando yo tenia dos años, yo vivo con mi abuela”, son algunas de las expresiones de estas víctimas.
Mairobi Herrera
mayrobi.herrera@listindiario.com
Santo Domingo
Jóvenes menores de 18 años ofrecieron impactantes declaraciones de diversos actos atroces que cometieron guiados por el consumo y tráfico de drogas, inspirados en ocasiones por la irresponsabilidad de sus padres y la mala influencia de otras personas.
Sus testimonios fueron presentados en una serie especial realizada por la periodista Ana López, para el noticiario conducido por Roberto Cavada, el cual es trasmitido  por Telesistema, canal 11.
Los  menores se encuentran recluidos actualmente en el centro de reformación Hogar Crea Menores, en la comunidad de Tamboril, Santiago, y confesaron desde allí cómo cayeron victimas en el tráfico y consumo de drogas y de qué forma esto les arruinó el inicio de sus vidas.
“Yo una vez me metí en un almacén y me robé 70 mil dólares. A mi no me pudieron agarrar, pero agarraron a dos que andaban conmigo. No se todavía el paradero de ellos”, reveló uno de los internos, quien también admitió que consumía marihuana, crack y cocaína ó perico, como se reconoce comúnmente en las calles.
 Todos estos jóvenes no alcanzan la mayoría de edad.  La vida que han llevado ha girado en el desenfreno sexual, el abandono de sus progenitores, el abuso por parte de adultos, el tráfico y consumo masivo de drogas, entre otros males, apuntó la periodista.
Sin papá
“Yo no tengo papá, mi papá me dejó huérfano cuando yo era chiquito”. “Mi papá y mi mamá se murieron cuando yo tenia dos años, yo vivo con mi abuela”. Son las expresiones de estas víctimas, hoy arrepentidas de los daños que realizaron, tanto a ellos, como a sus seres queridos. Entretanto, la forma en cómo cayeron en estos males, resulta similar en cada uno de los casos, dando en primera instancia, la irresponsabilidad de los padres, pero también la mala influencia que le ejercieron sus compañeros.
“A mi me decían,  llévale esto a tal persona”. Mi abuela salía a trabajar y yo me quedaba en las calles, eso fue lo que me metió en las drogas”. “Las drogas me las brindaba un amigo y por curiosidad probé”. “Yo me juntaba con personas que consumían y ellos me llevaban a sus puntos”, explicaron los jóvenes.
La periodista Ana López, explicó que estos jóvenes delataron que las calles eran su único camino y que de esa forma cayeron en una trampa de la que no han podido salir, en la que adultos delincuentes los mantuvieron, debido a su dependencia a las drogas.
Mientras tanto, estos adolescentes luchan por salir de su adicción y por tratar de rehacer sus vidas y las de sus familiares, las cuales han sido manchadas por su escalofriante pasado.
“Yo noté el sufrimiento que estaba pasando mi familia y dije no, ya yo no puedo. Esto es un mundo muy oscuro el cual no tiene salida, si uno no busca ayuda a tiempo”, fueron las palabras de arrepentimiento por parte de unos de los menores que no fueron identificados por razones de seguridad.
Niñas
No sólo el drama de las drogas y las calles es vivido por jóvenes del sexo masculino, sino  también que niñas de a penas 10 años, ya están envueltas en este “infierno terrenal” guiadas por los mismos elementos que motivaron  a estos menores a cometer esta inmadurez.  De acuerdo a López, las drogas, las bandas callejeras y el sexo con varias parejas a cambio de dinero para drogas, eran constantes para ellas.
Confesiones
Una de las jóvenes ingresadas confesó que tenía que acompañar a los integrantes de las bandas a cometer sus fechorías y que en una de esas agredió de una puñalada a alguien.
“Hay muchas naciones y todas las naciones que hay son enemigas. Yo pertenecía a los King y pasamos por el lugar de otra que se llama los Trinitarios, entonces chocamos. Todo el mundo sacó machetes y chilenas,  y uno vino para donde mi y yo me  tuve que defender y darle una puñalada”, explicó una de las internas.
En sus relatos de cómo cayeron en esos vicios las adolescentes contaron, que tuvieron que consumir drogas para pertenecer a las naciones, quienes luego no podían escapar de ellas. También que para ser amigas de otras, tenían que imitar lo que ellas hacían,  y eso era probar  drogas o tener sexo por dinero.
Algunas  recibían hasta mil pesos por hombre. “Hubo un día en el que yo hablé con el jefe de la banda y le dije que yo me quería salir, él me dijo que quien se metía no podía salir, me pusieron a consumir y me violaron. Fueron 22 hombres, ellos cuando me endrogaron me agarraron con  fuerza y me pasaron por encima los 22”, expresó con consternación una de las  jóvenes.
“Yo no quiero saber de mi papa porque el abuso de mi a los ocho años. Desde entonces no nos asociamos. El me decía que estaba enamorado de mí desde que yo era una niña. Nunca tuve valor para decírselo a mi madre. Ella lo supo ahora, cuando yo entré a Hogares Ccrea”, reveló otra joven.
López dijo, que aunque conversaron con varias jóvenes, sus historias parecían las mismas. La falta de atención en sus hogares, la falta de vigilancia, las malas compañías y la responsabilidad de muchos padres, parecían los denominadores comunes en todas las conversaciones que sostuvieron.
Por otra parte, estas jóvenes lamentan estar lejos de sus familiares, perder sus estudios, oportunidades y la confianza de sus seres queridos. Sin embargo,  exhortaron a los padres que les den confianza y apoyo a sus hijos, porque  cuando esto falta, ellos utilizan las calles para desahogarse.
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ENTREVISAS A MADRES DE LAS VÍCTIMAS

Según la periodista Ana López, al ser cuestionadas las madres de algunos de los jóvenes recluidos, lloraban por impotencia, sufrimiento y dolor, por el abismo en el que se encuentran sus criaturas.
Una de las madres consultadas explicó, que “se siente muy mal y más aún cuando intentaba guiarlos por el buen camino”.
“Cuando usted ve que uno hace un sacrificio por llevar a su hijo adelante sola, y ve que todo se le desploma, es algo sumamente doloroso”, expresó una de las madres de las niñas internas.
“Se puso agresiva, decía que nadie la entendía, mientras yo le preguntaba y no me respondía, sus notas bajaron. El siempre llegaba extraño a la casa, con los ojos hinchados, haciendo muecas, a veces no quería la comida”, estos son algunos síntomas que describieron las madres entrevistadas por la periodista.