Los
adolescentes estadounidenses prefieren fumar marihuana a consumir
cigarrillos, metanfetaminas o alcohol. (Foto: Archivo.) photo.com
Berlín, 29 de octubre (EFE).- El estudio de más de 200 cerebros de
personas muertas por sobredosis, efectuado por expertos de la
Universidad alemana de Rostock, ha confirmado por primera vez que el
consumo sistemático de drogas provoca graves degeneraciones cerebrales.
El
trabajo, dirigido por el catedrático de medicina forense Andreas
Büttener, ratifica la idea de que el consumo de drogas acelera la
degeneración cerebral, aunque hasta ahora esa idea se basaba únicamente
en experimentos realizados en laboratorio con animales.
Durante
la presentación del estudio, Büttner sostuvo que se trata de la primera
investigación sistemática que se lleva a cabo en el mundo sobre el
tema, basada en el análisis de los cerebros de personas fallecidas por
droga.
“Los vasos sanguíneos mostraban cambios que
apuntan a un envejecimiento prematuro”, dijo Büttner cuyo trabajo se
centró en los cerebros de personas con edades comprendidas entre los 15 y
los 45 años.
El profesor alemán criticó que el
cannabis, en forma de hachís o marihuana, pertenezca prácticamente a los
productos de uso básico de muchos jóvenes.
Según
Büttner, hay personas en las que el consumo de cannabis puede desembocar
en psicosis y que además en la mayoría de los casos la marihuana o el
hachís no se consumen solos sino que se mezclan con alcohol o con otras
drogas.
“Los afectados entran de esa manera en el círculo vicioso de la dependencia de las drogas”, manifestó Büttner.
Asimismo
sostuvo que con frecuencia se observa una tendencia a la pérdida de la
memoria en los consumidores de droga, lo que también fue ratificado por
la investigación.
El médico forense reveló además
un dato que calificó de alarmante. Durante este año se realizaron 2.800
pruebas de sangre entre conductores de automóviles y en un 22 por ciento
de ellas se encontraron rastros de drogas.
Büttner
recordó que en la actualidad el consumo de drogas no es un problema
meramente juvenil, pues entre los adultos está bastante difundido el
consumo de estimulantes como la cocaína y las anfetaminas.
Berlín, 29 de octubre (EFE).- El estudio de más de 200 cerebros de
personas muertas por sobredosis, efectuado por expertos de la
Universidad alemana de Rostock, ha confirmado por primera vez que el
consumo sistemático de drogas provoca graves degeneraciones cerebrales.
El
trabajo, dirigido por el catedrático de medicina forense Andreas
Büttener, ratifica la idea de que el consumo de drogas acelera la
degeneración cerebral, aunque hasta ahora esa idea se basaba únicamente
en experimentos realizados en laboratorio con animales.
Durante
la presentación del estudio, Büttner sostuvo que se trata de la primera
investigación sistemática que se lleva a cabo en el mundo sobre el
tema, basada en el análisis de los cerebros de personas fallecidas por
droga.
“Los vasos sanguíneos mostraban cambios que
apuntan a un envejecimiento prematuro”, dijo Büttner cuyo trabajo se
centró en los cerebros de personas con edades comprendidas entre los 15 y
los 45 años.
El profesor alemán criticó que el
cannabis, en forma de hachís o marihuana, pertenezca prácticamente a los
productos de uso básico de muchos jóvenes.
Según
Büttner, hay personas en las que el consumo de cannabis puede desembocar
en psicosis y que además en la mayoría de los casos la marihuana o el
hachís no se consumen solos sino que se mezclan con alcohol o con otras
drogas.
“Los afectados entran de esa manera en el círculo vicioso de la dependencia de las drogas”, manifestó Büttner.
Asimismo
sostuvo que con frecuencia se observa una tendencia a la pérdida de la
memoria en los consumidores de droga, lo que también fue ratificado por
la investigación.
El médico forense reveló además
un dato que calificó de alarmante. Durante este año se realizaron 2.800
pruebas de sangre entre conductores de automóviles y en un 22 por ciento
de ellas se encontraron rastros de drogas.
Büttner
recordó que en la actualidad el consumo de drogas no es un problema
meramente juvenil, pues entre los adultos está bastante difundido el
consumo de estimulantes como la cocaína y las anfetaminas.