Algunas aerolíneas suspendieron el martes sus
vuelos a Francia mientras policías se enfrentaron con jóvenes que les
lanzaron piedras en una nueva ronda de huelgas y protestas a nivel
nacional en contra de una iniciativa de ley que busca elevar la edad de
jubilación de los 60 a los 62 años.
Empleados de diferentes sectores de la economía francesa se unieron el martes a la huelga de un día, luego de una semana de interrupciones por parte de trabajadores huelguistas de refinerías de petróleo, estudiantes y empleados de la empresa nacional ferroviaria SNCF. Los huelguistas convocaron más de 200 manifestaciones para el martes en todo el país.
Fue el sexto día nacional de manifestaciones en contra de la reforma a las pensiones que estaba prevista desde principios de septiembre. Los líderes sindicales se comprometieron a mantener la presión hasta que el gobierno renuncie al plan impopular.
Los sindicatos alegan que la jubilación a los 60 años de edad es un derecho social fundamental que generaciones anteriores lucharon fuertemente para obtenerlo.
El presidente Nicolás Sarkozy insiste en promover la reforma para poder salvar al generoso pero muy costoso sistema de pensiones de Francia.
Las protestas en Francia ocurren mientras otros gobiernos en Europa recortan sus gastos y aumentan los impuestos para reducir los déficits y las deudas tras la peor recesión económica de los últimos 70 años.
La autoridad aeroportuaria de París advirtió en su página de internet y en letreros instalados en los aeropuertos: "Huelga el 19 de octubre. Habrá dificultades graves en el acceso a los aeropuertos y el tráfico aéreo".
La autoridad de aviación civil de Francia DGAC advirtió que hasta la mitad de los vuelos programados para el martes en el aeropuerto de Orly de París serían cancelados, y que el 30% de los vuelos de otros aeropuertos franceses, entre ellos el Charles de Gaulle de París —el más grande de la nación— serían cancelados.
Se espera que la mayoría de las cancelaciones ocurran en viajes cortos y medianos tanto locales como intereuropeos. Se espera que la huelga de los controladores aéreos dure un día, y por ello se esperaba que los vuelos regresen a la normalidad el miércoles.
Adicionalmente continuó la huelga de los trabajadores de refinerías, lo que provocó la escasez de combustible en algunos puntos y obligó a que por lo menos 1.000 estaciones de servicio fueran cerradas.
En otras gasolineras había largas filas el martes por la mañana. En una de ellas, de la firma Esso en el extremo sureste de París, la línea serpenteaba a lo largo de una cuadra de la ciudad y algunos conductores traían latas de gasolina para almacenar el combustible en caso de escasez.
Empleados de diferentes sectores de la economía francesa se unieron el martes a la huelga de un día, luego de una semana de interrupciones por parte de trabajadores huelguistas de refinerías de petróleo, estudiantes y empleados de la empresa nacional ferroviaria SNCF. Los huelguistas convocaron más de 200 manifestaciones para el martes en todo el país.
Fue el sexto día nacional de manifestaciones en contra de la reforma a las pensiones que estaba prevista desde principios de septiembre. Los líderes sindicales se comprometieron a mantener la presión hasta que el gobierno renuncie al plan impopular.
Los sindicatos alegan que la jubilación a los 60 años de edad es un derecho social fundamental que generaciones anteriores lucharon fuertemente para obtenerlo.
El presidente Nicolás Sarkozy insiste en promover la reforma para poder salvar al generoso pero muy costoso sistema de pensiones de Francia.
Las protestas en Francia ocurren mientras otros gobiernos en Europa recortan sus gastos y aumentan los impuestos para reducir los déficits y las deudas tras la peor recesión económica de los últimos 70 años.
La autoridad aeroportuaria de París advirtió en su página de internet y en letreros instalados en los aeropuertos: "Huelga el 19 de octubre. Habrá dificultades graves en el acceso a los aeropuertos y el tráfico aéreo".
La autoridad de aviación civil de Francia DGAC advirtió que hasta la mitad de los vuelos programados para el martes en el aeropuerto de Orly de París serían cancelados, y que el 30% de los vuelos de otros aeropuertos franceses, entre ellos el Charles de Gaulle de París —el más grande de la nación— serían cancelados.
Se espera que la mayoría de las cancelaciones ocurran en viajes cortos y medianos tanto locales como intereuropeos. Se espera que la huelga de los controladores aéreos dure un día, y por ello se esperaba que los vuelos regresen a la normalidad el miércoles.
Adicionalmente continuó la huelga de los trabajadores de refinerías, lo que provocó la escasez de combustible en algunos puntos y obligó a que por lo menos 1.000 estaciones de servicio fueran cerradas.
En otras gasolineras había largas filas el martes por la mañana. En una de ellas, de la firma Esso en el extremo sureste de París, la línea serpenteaba a lo largo de una cuadra de la ciudad y algunos conductores traían latas de gasolina para almacenar el combustible en caso de escasez.