martes, 2 de noviembre de 2010

En Nueva York





Magda Florencio
magdaflorencio@hotmail.es
Otra pequeña historia ¡Nada que envidiar, a la franca! El que me conoce sabe lo apasionada y lo centrada que soy en mis cosas ¡claro! tú dirás: ¿qué nos diferencia de esta ciudad de Nueva York en cuanto a tiendas se refiere, pues que aquí en realidad hay para todos los precios, desde un dólar hasta que puedas. Está bien frío, los que viven aquí dicen que está mucho menos que el año pasado y hasta los niños te dan una cátedra de los asuntos de los planetas. Las escuelas se están ocupando mucho de ese tema, es como si fuese una materia aparte.
La verdad es que siempre ando con frío todo el tiempo, hasta en mi Guayacanes jajajaja. Suponte cómo me la paso por aquí, pero como dicen que es bueno después que te pones esa cosa que pone el doctor Edgardo Jorge para soportar las arrugas más tiempo ¡Todo sea por la belleza! Pues volviendo al principio, esta pequeña historia es una especie de homenaje a todas esas tiendas que tenemos allá en Santo Domingo. Como no tengo nada que hacer me invitan todos los amigos que tienen tiendas que abren tan sólo desde octubre hasta enero ¡sólo para Navidad! Lo mismito que tienen allá en nuestro país, tiendas de primera de las que no puedo dar los nombres. Es más, ¿Le comento algo? Muchas de nosotras están más bonitas y nuevas que éstas.
¿Qué nos diferencia? Pues las luces, los brindis hasta el amanecer, los regalos para todo el vecindario, los fuegos artificiales, te regalan la mitad de la tienda el día que abren y “rellenan “ a los niños de todos los regalos de la bolita del mundo, aparecen todos los Santa que existen y los niños se quedan como tontos, le preguntan cosas y ahí mismo aparece un mago y se las regala y así ¡Publicidad, amiga, para ganar! Me dice al oído mi amigo. No caben los negocios de comida y todo lo que usted pueda imaginar que desee un niño.